lunes, 19 de marzo de 2012

Extremadura puente San José 2012, primer día

Hay veces en que lo que parece que se estropea no es sino una oportunidad para buscar alternativas, que a la postre se convierten en una magnífica idea.
Me explico: el puente de San José se presentaba muy bien porque con mis dos hijos moteros (Sergio y Pablo) habíamos planificado ir a la casa en La Pesa (Asturias) y hartarnos de hacer rutas por aquellos parajes todo el fin de semana.
Al final Pablo no pudo venir, y dado que  el tiempo para Asturias  se presentaba con lluvia y más lluvia, hubo reconversión de planes .
Rebuscando en libros, entre una ruta sacada del libro "España en moto" de Gustavo Cuervo, otra de "Rutas turísticas" del Mº de Fomento y la improvisación, decido que vayamos a Extremadura, a la zona de la Sierra de Gata.
Un acierto, y  salió un viaje "casi" perfecto.


A las 11,15 del sábado 17 salíamos de Tres Cantos en dirección a la A-5, con nuestros flamantes monos nuevos (275 € el de Sergio y 120 € el mío que para eso soy más listo, je, je, je)


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Tras largas  caravanas de salida de Madrid, que no esperaba y menos por las horas tardías de salida, hicimos una parada justo antes de Oropesa, para la comida de media mañana "obligada" por la dieta, para luego reiniciada la ruta enlazar con  la CM-5150 en dirección a Candeleda.




Ya en Candeleda tomamos dirección Plasencia pasando por sitios entre otros  como Madrigal de la Vera, donde  todos los setos  que están
delante de las casas están recortados con formas diferentes.

De allí a Robledillo, Losar, Jarandilla -famoso por su Parador que se ubica en una casa palacio del siglo XV que albergó en su día al Emperador Carlos V- y hasta Cuacos de Yuste para visitar el curioso Cementerio Alemán de soldados de la 1ª y 2ª Guerra Mundial y sobre todo, el Monasterio de Yuste.





El Monasterio de Yuste se origina sobre el año 1402 cuando el propietario de los terrenos se los cede a los "ermitaños de la pobe vida" para que construyan alli su convento.
Durante los siglos XV y XVI el Monasterio tiene varias ampliaciones, gracias principalmente a los Condes de Oropesa y de Palencia, construyéndose la iglesia actual y los dos claustros, uno renacentista y el otro gótico.
Pero será en el siglo XVI cuando el Emperador Carlos V decide habitar este lugar como última morada, entrando el 3 de septiembre de 1557 en el palacio que había mandado construir, y falleciendo en el mismo el 21 de septiembre de 1558.


A la izquierda del monasterio sale una carretera muy bonita, que nos llevará hasta Garganta de la Olla, inicio de la ascensión al Puerto del Piornal.

Como ya llevábamos unos cuantos kilómetros y sobre todo horas tras los atascos, decidimos quedarnos a comer en Garganta, en un sitio sencillo pero de buena comida y precio, LA PARDONCILLA, casi a la salida del pueblo.
En la comida cambiamos la ruta que teníamos prevista de subir al Piornal y volver a bajar a Jaraiz de la Vera, y buscamos otra alternativa que parecía más directa y que a la larga, sería un acierto.

La subida al Piornal es muy recomendable por el paisaje, pero... hasta que no terminen las obras de la carretera, el descenso hacia la N-110 (parece que llevan con ello más de un año), se convierte en un pequeño infierno de tierra, gravilla, y en nuestro caso, hasta barro por la lluvia y encima con niebla buena parte del camino.

En fin, que la subida como decía muy recomendable (debe ser curioso hacerla en diferentes épocas del año, por la abundante vegetación). Una vez alcanzada la cima, y tras las primeras gotas, decidimos equiparnos para el agua, y menos mal, porque poco después cayó un pequeño chaparrón que, junto con la niebla que encontramos un poco más adelante, hizo que la bajada fuera de todo menos grata.



De allí, y una vez cruzada la N-110 y tras un pequeño respiro, nos dirigimos hacia el puerto del Torno, muy interesante tanto por su razonable buen asfalto, como por las impresionantes vistas del Tajo que se pueden contemplar.
De inicio, el "discutido" Monumento a los olvidados de Guerra Civil", obra de Francisco Cenedilla. Prueba de la controversia sobre el mismo es que al día siguiente a su inauguración, fue tiroteado (el monumento).


Tras esta "peculiar visión" nos esperaba lo mejor del puerto, las vistas del Tajo, que parece más cerca de lo que realmente está.




Al llegar a Cabezabellosa descubrimos que podemos "atajar" (llevaba un mapa bastante malo en donde no salían la mayoría de las carreteras comarcales), y no tenemos que subir hasta Zarza de Granadilla, sino que podemos continuar recto (es un decir) a Guijo de Granadilla , y allí coger la EX-205 que viene de Hervás y sigue hasta Portugal.
Por el camino, y entre los pueblos de Oliva  y Guijo, nos movemos entre dehesas en su esplendor y nos damos de bruces con una sorpresa, Cáparra, con importantes ruinas romanas.

Según los estudios el origen de Cáparra deriva de la necesidad de tener en aquella zona algún tipo de mansió o parada en la Ruta de la Plata.
Parece ser que ya existía allí un asentamiento, pero son los romanos los que necesitando allí la citada parada, la dotan de una mayor infraestructura, llegando a su apogeo en el año 74 d.C. cuando es nombrada ciudad romana por el Emperador Vespasiano, correspondiendo a esa época el ARCO, que formaba parte de la calzada romana de la Vía de la Plata.
Se trata de un tetrapylum (cuatro puertas) y es el único de esas características existente en la península Iberica.


La lástima fue que llegamos cerca de las siete y estaban cerrando, por lo que será algo a visitar en el próximo viaje por estas tierras.

Al menos aprovechamos para quitarnos la ropa de agua (un poco incómoda sobre los mono de moto) antes de continuar camino atravesando la denominada dehesa Casablanca, hasta llegar a Guijo y tomar la mencionada EX-205, que nada más incorporarnos a ella, ya nos deparó grandes satisfacciones en forma de paisajes, excelente asfalto y curvas sin fin que sin duda constituyen una delicia para cualquier motero y excusa suficiente para volver.

Nada más dejar la población del Guijo y a poco kilómetros, nos encontramos con la "cola" del pantano de Gabriel y Galán.

Y a pocos kilómetros más, de nuevo la EX-205 en un atardecer tormentoso, que nos llevaría a nuestro destino en Perales del Puerto.

En fin, que un día completo, en el que pudimos también poner a prueba los nuevos "zapatos" de nuestras motos (unos Pilot Road 3 CT de doble compuesto) en todo tipo de situaciones: autopista; firme en mal estado; barro con gravilla; firme bacheado; lluvia y  hasta un asfalto sensacional para circular en moto como el último tramo de unos 50 km que nos llevaría al cruce con la CM-109 que viene desde Coria, para a la izquierda y a unos 4 km, llegar al Hotel Don Julián, nuestro destino en Perales del Puerto.

Decir del hotel que muy bien la relación calidad-precio -habitación con desayuno 62 euros-,  y de su dueña que fue muy amable. Nos dió mucha información y nos buscó sitio para cenar en el Hostal el Redoble, buena comida casera por 30 € en un pueblo a más o menos 4 kilómetros llamado Hoyos, que tras una primera impresión nada favorable, nos dejó satisfechos para cerrar el día.

En total 414 kilómetros, con todo tipo de climatología, pero muy muy divertidos, y que nos puso el listón alto para buscar una buena ruta de regreso a Madrid al día siguiente.




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