Total que con la información que nos dió la dueña del hotel y un poco de "ir haciendo camino al andar" nos pusimos en marcha a las 10,00 am, después de un rico desayuno casero.
Primer destino, ruta "circular" por los alrededores. Salida hacia Hoyo para continuar hacia San Martín de Trevejo, pueblo por cuyas empinadas calles discurren las "regateras" para canalizar el agua de lluvia.
Aquí la arquitectura se caracteriza por sus fachadas con muros de piedra en su parte inferior y dos pisos altos en voladizo sobre fuertes canecillos de madera. Sus paredes están revocadas y encaladas o son de adobes con entramado de madera.
De allí, y obedeciendo las recomendaciones de la "hotelera", continuamos ruta hacia el alto de Jálama (1.402 m) frontera natural con la provincia de Salamanca, para seguir hasta enlazar con la CM- 526 que nos llevaría desde la vertiente norte al Puerto del Peral, y seguir bajando hasta nuestro punto de partida en Perales del Puerto.
En el camino, y rodeados de alcornocales y robledales, nos detenemos en el mirador de los Arrevises, desde donde se divisa el cercano Portugal.
Desde el mirador, unas carreteras perfectas para moto, buen trazado, buen asfalto, curvas amplias y muy divertidas, nos llevan al puerto de Perales y a nuestro punto de partida en el cruce con la EX-205.
El último tramo de bajada, tal y como nos prometieron, es una delicia para la vista y para la conducción. No falta la parada obligada para la foto de rigor y divisar pantanos como el de Borbollón.
Una vez en el punto de partida, y por una carretera secundaria en esta ocasión, desde el cruce con la EX-205 decidimos ir hacia Gata, pueblo declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico el 21 de Marzo de 1995.
La carretera no nos defrauda, y aunque decidimos no detenernos en el pueblo ( y dejar la visita para otra ocasión con más tiempo), merece la pena la ruta casi circular para volver a incorporarnos por Torre de Don Miguel a la EX-205 a la altura más o menos de Hernán Pérez, y ya dirigirnos sin más dilación camino de Hervás, pasando por Zarza de Granadilla y el impresionante salto de agua del pantano de Gabriel y Galán.
Una vez en Hervás, sobradamente conocida, y previa adquisición de buen jamón para llevar a casa, nos dimos un pequeño "homenaje" consistente en una excelente y abundante ración, para variar, de jamón, un vinito y una cocacola, por el módico precio de 10€.
Desde Hervás, y aconsejado por libros y cómo no, por mi hermano, con el que había hablado del viaje el día anterior, decido cruzar al valle del Jerte por el puerto de Honduras, precioso pero nada recomendable hasta que no arreglen el asfalto que está en lamentables condiciones.
Ya en la N-110, a la altura de Jerte, continuamos sin parar (ni hacer fotos como novedad), hacia Ávila.
Nos espera el puerto de Tornavacas, que nos ofrece otra buena dosis de paisajes en donde parar y disfrutar.
Bajada rápida y divertida hacia el Barco de Ávila...
Y como los estómagos ya empezaban a hacer algo de ruido, sin detenernos salvo para "plasmar" el momento, seguimos camino de Ávila, hasta donde nuestras motos y nuestros cuerpos dijeran, HASTA AQUI HEMOS LLEGADO, cosa que ocurre en Piedrahita, para mí otro descubrimiento después de haber pasado infinidad de veces por alli, pero sin parar.
Cuenta una leyenda[2] que su nombre proviene de los «hitos» de piedra que dejaban los antiguos moradores de la zona para marcar el camino de vuelta tras una jornada de caza. Estos hitos eran piedras amontonadas unas encima de otras cada cierta distancia. La zona de Piedrahita estaba rodeada de grandes bosques de robles y pinares que hacían muy difícil su localización, de ahí que las gentes de la época se vieran en la obligación de señalar la zona donde hoy se asienta la localidad. También es probable que el topónimo tenga su origen en el cercano monte de la Peña Negra, que destaca notablemente (como si de un hito se tratara) sobre la sierra de Villafranca.
Aún dio tiempo a dar un paseo por sus calles, mientras nos preparaban una mesa en el hostal donde encontramos sitio para comer (bien por cierto por 20 € y todo muy rico) detrás de la Plaza Mayo. Allí hacemos las últimas fotos del viaje para el recuerdo de un fin de semana del Día del Padre "especial" al que sólo faltó que Pablo hubiese venido también.
Espero que Sergio disfrutara.... seguro que sí.
Tras otro paseo para bajar la comida, rumbo hacia Segovia para enlazar con la M-601 dirección San Rafael, Guadarrama, y allí, por la M-607, rumbo a Tres Cantos, a donde llegaríamos sobre las siete menos cuarto.
Eso sí, tras portarse de maravilla y con la "cara sucia", la moto se merecía un lavado como fin de fiesta...
Resumen del día y del viaje:
Domingo: 18, 402 km.
Total viaje: 817 km.
Gastado en Gasolina las dos motos: 140 €
Gastado en comer los dos: 96 € incluidos aperitivos.
Alojamiento: 62 €.
Por fin puedo entrar...bonito blog...os seguire...jejeje
ResponderEliminarentrada mejor asi, ahora se ven las letras...jejeje
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