Primer día : de la Pesa de Pría a Viveiro.
Como los últimos años, el planteamiento de verano se basa en la estancia en la Pesa disfrutando de las muchas cosas que este lugar nos ofrece, pero tras la positiva experiencia del año pasado de hacer una "escapada" de unos días en moto, este año había que repetir y aunque una primera posibilidad era volver a la zona francesa que nos perdimos en el "accidentado" regreso, al final y por diferentes motivos, nos decidimos por ir hacia el Occidente asturiano y cruzar hacia Galicia para recorrer la costa más cercana a Asturias.
Y así, tras una investigación de cosas que ver y de las carreteras y rutas por donde ir, iniciamos el viaje el miércoles 15 de agosto no sin que pasara algo para dar el toque especial al viaje como en otras ocasiones, y esta vez fue que poco antes de salir me caí por las escaleras de casa dándome un tremendo golpazo en la espalda que marcaría en cierto modo el viaje.
Para el primer día habíamos decidido que lo importante era llegar lo más rápidamente posible a Castropol y por ello la ruta era clara, la A8 hasta Castropol y luego ya carreteras interiores.
Con el incidente de la escalera, al final salimos casi a las 12,00 de la mañana y tras pasar por Ribadesella y repostar la siguiente parada no sería ya hasta la playa de Peñarronda en Figueres al lado de Castropol.
Tras un pequeño y rápido aperitivo en el chiringuito de la playa (por cierto un pincho de tortilla que dejaba mucho que desear) , y tras un breve y rápido paso por Castropol y localizado el Hotel para la última noche del viaje, decidimos continuar por la nacional bordeando la ría, para pasando por Vegadeo que por cierto estaba en fiestas, llegar a Ribadeo ya en Galicia.
Al poco de dejar atrás Ribadeo y por la nacional 642, paramos a comer justo en la desviación hacia el Puerto de Rinlo, comienzo de la carretera interior denominada ruta de las playas, que nos llevaría a la más famosa de ellas, la Playa de las Catedrales.
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Ribadeo desde el puerto de Castropol |
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Playa As Catedrais |
Hay que decir que tuvimos suerte porque llegamos a la playa casi en bajamar y por tanto pudimos disfrutar de lo impresionante de la misma aunque casi lo que más nos impresionó fue la cantidad de personas paseando vestidas por la playa como si de la visita a un museo al aire libre se tratara, y reflejo de ello la foto superior a este comentario.
Después de un breve paseo, volvimos a la nacional para llegar al hotel en Viveiro con tiempo suficiente para cambiarnos, dejar las cosas en la habitación y dirigirnos a la última visita del día, el Souto da Retorta también conocido como El Eucaliptal de Chavín a unos 6 kilómetros de Viveiro.
Fue un empresario catalán afincado en Chavín, quien en 1884 plantó los primeros ejemplares para ayudar en el drenaje de los terrenos bajos encharcados por los arroyos del río Landro.
Hay cerca de 600 ejemplares plantados entre 1880 y 1912 todos de gran envergadura, destacando el denominado el abuelo, con un perímetro en su base de más de diez metros y cerca de 67 metros de altura,
Visto desde lejos parece la pata de un diplodocus salido de la película parque jurásico y como siempre unas imágenes valen más que mil palabras.
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Un rincón del bosque donde apreciar el tamaño de los eucaliptos |
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el "abuelo" visto desde lejos. Está considerado el árbol más grande de España |
Para regresar, preferimos aprovechar la espléndida tarde de sol que teníamos y regresamos por el interior dando un rodeo por la LU-160 y seguir hasta Burela, lo que fue un acierto por lo bonito de los parajes, lo divertida de la carretera para la moto y el magnífico estado del asfalto.
Con todo esto, casi se nos hizo de noche y tuvimos la oportunidad de ver el atardecer llegando a Viveiro.
Ya en nuestro destino final del día, un paso por la ducha en el hotel y paseo buscando donde cenar por el casco antiguo donde nos encontramos con un gran ambiente propio del día grande de las fiestas.
Segundo día: Viveiro-Viveiro (ruta costera)
El segundo día prometía estar lleno de emociones, primero por la ruta elegida y segundo por que formando parte de la ruta el puerto del Barquero tenía unas connotaciones especiales sobre todo para mi madre por ser lugar donde vivió durante muchos años Amparo, la casi segunda madre de mi madre.
En fin que se trataba casi de una visita obligada.
En cuanto a la ruta no nos decepcionó en absoluto y la verdad es que disfrutamos de unas vistas espectaculares todo el viaje, de unas magnificas carreteras y por último algo que nos acompañó todo el día y que sin duda hizo aún más agradable la ruta, un día de tiempo fabuloso.
La ruta que no fue demasiado larga, nos permitió incluso disfrutar de un poco de día de playa en la localidad de Cariño, aunque quizás no fuera la mejor de las opciones. Al final casi 218 kilómetro de agradable ruta motera en la que no faltó nada bueno.
Ya desde el inicio, el paisaje invitaba a detenernos y obtener unas cuantas fotos para plasmar la belleza de los rincones visitados.
La primera parada en la Playa de Vicedo, antes de coger la desviación al puerto del Barqueiro.
Enseguida la primera parada nostálgica del día, el Barqueiro.
Un breve paseo y el siguiente destino, Bares, donde el descubrimiento de el Hotel de naturaleza el semáforo de Bares fue una suerte por las impresionantes vistas que brinda de la ría.

La verdad, a uno le quedan pocas cosas que decir con imágenes como esta, y al final, nunca está de más unos minutos de contemplación en silencio de tanta maravilla natural.
Por ese motivo, nos pareció un magnífico lugar para seguir con una foto que poco a poco irá constituyendo un recuerdo especial de nuestros viajes en moto.
Después, y como era otro de los destinos del día, hicimos la visita obligada a la dueña del restaurante la Marina en el puerto de Bares , lugar donde pudimos disfrutar de ver una estampa de playa casi desierta, sin edificaciones, como sacada de otra época.
También pudimos contemplar de cerca magníficos ejemplares de los denominados "lubrigantes" esto es el Bogavante autóctono que es de color azul ( también se le denomina bugre en otros sitios), y que nos explicó con todo tipo de detalles la nieta de la dueña del restaurante.
Pero el día era largo en cuanto a destinos se refiere y tras un pequeño aperitivo continuamos rumbo al Cabo Ortegal, aunque como se nos había hecho un poco tarde decidimos parar en Cariño, comer (un magnífico pulpo por cierto) y hacer un poco de descanso playero.
Después, nuevamente los paisajes, nos devolvían a la suerte que estábamos teniendo de disfrutar de estos parajes con tan buen tiempo.
De el Cabo Ortegal mucho que contar aunque las imágenes dirán más aún.
Ya hace 19 siglos Ptolomeo, el gran poeta Griego , habla de este punto y de las tres rocas que se avistan frente a él denominándolas Trileuco, los tres blancos, quizás por la espuma de las olas de los dos mares que aquí se juntan , el Cantábrico y el Océano atlántico y que sacuden estas rocas .
También decir que hacia el oeste del faro se divisan los acantilados que poco a poco van cogiendo altura hasta llegar a su punto más alto en el denominado Vixia Herbería, que es el acantilado marino más alto no sólo de España, si no que exceptuados quizás algunos fiordos, lo sea también de Europa.
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Faro del Cabo Ortegal con las denominadas Trileuco por el poeta Griego Ptolomeo. |
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Acantilados al Oeste del Cabo Ortegal |
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Los impresionantes acantilados sobre el Atlántico vistos desde el denominado Vixia Herberia con sus 615 metros |
Para redondear el día, continuamos ruta hacia San Andrés de Teixido y su famosa ermita a donde según el dicho popular "va de muerto quien no fue de vivo".
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Ermita de San Andres. |
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vistas desde la ermita |
Es digna de ver también la playa del mismo nombre y sus dunas que junto con la laguna fueron declaradas Zona de especial protección de aves (ZEPA) y humedal de importancia internacional en 1993.
y ya como el día había dado mucho de sí, regreso a casa por las mágnificas carreteras que nos hemos ido encontrando en nuestro viaje por Galicia.
En este caso , desde Valdoviño primero por la AC112 hasta enlazar con al autovía AG-64 hasta coger la comarcal C-640 que continúa al pasar a la provincia de Lugo por la LU 540 y así hasta nuestro destino final en Viveiro nuevamente.
Tercer día: Viveiro-Figueres (castropol)
La idea del tercer día era hacer ruta tranquila y corta para llegar pronto al Hotel Casa Peleyón de la Red de Casonas Asturianas (muy recomendable) en Castropol, donde habíamos quedado además con unos amigos para cenar juntos y asistir a la denominada noche mágica de Tapia de Casariego.Ver mapa más grande
El día de nuevo espléndido, invitaba a disfrutar de las vistas y de las carreteras y si era posible, de tiempo de playa donde descansar de los kilómetros y de mi golpe en la escalera.
Antes unas compras de "caldos del país " en forma de 2 botellas del ribeiro ganador del mejor ribeiro los dos últimos años de bodegas CASA NOVA, y 1 botella de Joaquín Rebolledo de uva Mencía y que según la etiqueta que así lo acreditaba , elegido el mejor tinto gallego al módico precio por botella de 6,80 euros.
Todo esto para que luego no digan que no se pueden llevar cosas en una moto.
El destino principal del día por no decir el único, Mondoñedo, una de las ciudades importantes de la ruta del norte del camino de Santiago y población con un muy interesante casco histórico donde destaca sin duda alguna la plaza de la catedral.
Mondoñedo se convierte en sede del Episcopado por deseo expreso de la Reina Doña Urraca allá por el año 1112 y en el año 1156 el Rey Alfonso VII le concede la categoría de ciudad.
Como decía, tiene un rico patrimonio inmobiliario donde sin lugar a dudas la Catedral construida entre 1232 y 1248 y que conserva la puerta románica original, y el Palacio Episcopal así como los soportales de la Plaza de España donde se ubica la catedral, constituyen el mayor de los tesoros.
Quizás por ello en 1902 se declara a la Catedral Monumento Nacional, y contemplándola se erige la estatua en homenaje al ilustre escritor Don Álvaro Cunqueiro.
Aunque entre tanto edificio histórico también queda sitio para los "moteros" y sus lugares de recogimiento...
Tras un avituallamiento que pretendía ser ligero y que terminó siendo la comida del día (aunque ligera) , y tras hacernos con una muy contundente tarta de Mondoñedo de la pastelería el Rey de las Tartas...continuamos hacia San Tomé de Lourenza y después a Trabada, dos lugares que según un folleto cogido en la oficina de turismo (en Gallego por cierto) merecían la pena visitar y que o bien nosotros no supimos ver bien, o no encontramos lo que había que ver, y el caso es que decidimos continuar sin más paradas hasta Castropol y así poder hacer un poco de jornada playera antes de la cena.
La idea no pudo salir mejor y tras bordear la Ria del Eo con destino al puente que une Ribadeo con castropol , pronto llegamos al hotel elegido que como se puede comprobar por las imágenes , merece bien los 75 € que nos costó la noche.
Una ducha rápida y a la playa, en este caso la que nos recomendó la dueña del Hotel, descendiente de los Peleyones que dan nombre al Hotel, la Playa de Arnao con unas maravillosas vistas a la desembocadura de la Ría..
Ultimo día: Castropol-La Pesa de pría (ruta de playas asturianas) 208 kms.
El último día volvió a amanecer radiante para nuestro gozo y nos predispuso a realizar una ruta con predominio de costa y de descubrimiento de algunas de las hermosas playas asturianas.
Tras un delicioso desayuno en el Hotel, iniciamos el día con un paseo por Tapia de Casariego...
De allí y sin bajarnos de la moto, continuamos rumbo a la playa de Barayo, en la Reserva parcial natural del mismo nombre, y que representa un magnífico ejemplo de dunas y vegetación en un entorno virgen.
como no era cuestión bajar hasta la playa y máxime con el equipo de moto entre otros motivos por el calor que hacía, continuamos ruta hacia Cadavedo, pasando antes fugazmente por Luarca.
Ya en cadavedo y teniendo en cuenta el día que hacía, y la hora que invitaba a pararse a almorzar, qué mejor destino que un chiringuito con buenas raciones (aunque un poco escasas) a pie de playa, en un entorno maravillos y donde podernos poner cómodos en bañador...
Lo único malo, las piedras de la playa que no invitaban precisamente al descanso en la misma tras la comida.
Además, estaba previsto intentar contactar con unos amigos con casa allí y tomarnos un café con ellos.
Como no podía ser de otra forma, paseo para contemplar las vistas desde el mejor punto posible , el acantilado donde se encuentra la ermita de la Virgen de la Regalina.
y ya, sin más demora tras tanto tiempo de sobremesa, nos quedaba el tramo final realizado casi sin paradas salvo desviarnos para contemplar desde arriba la playa del silencio y en último momento la playa de la concha de artedo antes de llegar a Cudillero donde abandonamos la N 632 para incorporarnos a la autovía del Cantábrico que ya no abandonamos hasta llegar a casa..
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Playa del Silencio |
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La Concha de Artedo |
Al final una ruta de 4 días, muy muy recomendable, por paisajes, por carreteras, por gastronomía , en fin por todo.
Precioso recorrido. Un placer leer la crónica y "viajar" con vosotros. Que buenos recuerdos en El Barquero.
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