Primer dia, Madrid-Puebla de la Calzada (Extremadura)
Hay veces en que los mejores viajes son aquéllos que se llevan a cabo casi por sorpresa y con un poco (pero poco que luego pasan las cosas que pasan :-) ) de improvisación, pero con toda la ilusión de unos días por delante en los que disfrutar de compañía, paisajes y por supuesto de la conducción en moto.
El jueves 11 de abril se produjo la posibilidad de cogerme dos días en el trabajo, y sin pensarlo demasiado, decidimos aprovecharlo. Con unas magníficas previsiones meteorológicas por delante que animaban a no dudarlo nos dirigimos hacia Lisboa, destino "deseado" desde hace tiempo.
Como no habíamos previsto nada, el viernes por la mañana tuvimos que dedicar un tiempo a ver posibles alternativas de ruta aprovechando los consejos de un buen compañero portugués de la oficina, combinados con los kilómetros que queríamos hacer por jornada.
También decidimos el hotel, que para no perder mucho tiempo en la búsqueda no fue otro que el mismo en el que había estado mi hermano en septiembre pasado y que tenía buena pinta, buen precio, y buena localización para nuestras intenciones de visitas, y que se encontraba en Sintra.
El primer día la intención era avanzar lo más que pudiéramos antes de anochecer y a ser posible lo más cercano a la frontera, siendo una posibilidad dormir en Badajoz o cerca, pero como entre unas cosas y otras se nos hizo las dos de la tarde para salir y queríamos hacer ruta por el Parque Nacional de Monfragüe, decidiríamos sobre la marcha y según fuera el viaje dónde pernoctar. Esto después nos depararía una agradable e inesperada visita a un primo mío al que me hizo mucha ilusión ver, pero esto y otras cosas las dejaremos para más adelante....
La ruta elegida de inicio fue para ganar tiempo: iniciar el viaje por la A-5 hasta Navalmoral de la Mata, y de allí y por la EX-A1 hasta la desviación a Casatejada desde donde nos adentraríamos en el Parque Nacional de Monfrague por la mejor zona según la empleada de la gasolinera de Repsol donde repostamos.
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Nada más abandonar la EX-A1 y ya en las carreteras interiores del Parque, uno siente la necesidad de parar y hacer fotos para plasmar la belleza de las dehesas en esta época del año.
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el inicio de la ruta fuera de autovías y comienzo del espectáculo paisajístico.... |
Y cómo no, del rey de los animales por estas tierras, el afamado cerdo ibérico que tantos buenos momentos nos brinda cuando tenemos la suerte de poder degustarlo y si es acompañado de un buen vino, mejor.
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el animal por excelencia de la dehesa extremeña, el cerdo ibérico |
También es momento de disfrutar de los magníficos ejemplares de alcornoques perfectamente "esculpidos" para obtener el preciado corcho y con ello además seguir recopilando "material" para la sección de Identificación de árboles y ejemplares curiosos que pretendo incluir en el Blog con el tiempo.
Como muy bien nos dijeron en la gasolinera, la ruta merece la pena y mucho, y entrando por donde he descrito mejor aún.
El Parque nos ofreció en todo momento sus mejores galas, en forma de espectáculo de agua por el llamativo caudal del Tajo ( río al que en el viaje veremos unirse al atlántico en Lisboa) y su afluente el Tiétar, que tras recorrer casi 150 kilómetros desde su nacimiento en las estribaciones de la Sierra de Gredos, se une al Tajo en el Parque.
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El Tajo en plenitud de "facultades" |
Esta época del año parece ser apropiada para la observación de Buitres y otras aves desde varios de los miradores existentes como el de Portilla del Tiétar, en donde encontramos a muchos turistas extranjeros provistos de potentes teleobjetivos para captar imágenes delas diferentes especies que anidan en el cortado.
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Mirador donde observar muchas de las aves de este Parque |
También la vegetación se encuentra en pleno despertar, como las primeras flores de las jaras que tanto abundan en el Parque.
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Las jaras con sus primeras flores primaverales... |
Al salir del parque decidimos sobre la marcha ir hacia Montánchez, pueblo famoso por sus jamones y por ser el pueblo al que una buena amiga va con cierta frecuencia a visitar a otros amigos suyos y del que mucho nos ha hablado.
Tanto la carretera como la ubicación del pueblo y su castillo merecieron la pena.
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Castillo de Montánchez desde la carretera de acceso al pueblo. |
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Vistas desde Montánchez |
Nada más pasar Mérida conseguí contactar con un primo carnal mío al que hacía muchos años que no veía, y ya que estábamos por esta zona no quería dejar pasar la oportunidad de verlo. De modo que en vez de continuar viaje hacia Portugal, terminamos el primer día durmiendo en Puebla de la Calzada, al lado de Montijo y en plena vega baja del Guadiana, disfrutando de una muy entrañable velada familiar y degustando como no podía ser de otra forma, los magníficos productos ibéricos de la zona.
En fin, muy buen colofón al primer día de viaje y con ello un prometedor inicio para el resto de los días.
Segundo día. Puebla de la Calzada-Sintra
Tras un reconfortante desayuno consistente en un riquísimo zumo de naranja natural y unas magníficas tostadas de pan de hogaza con mantequilla, y tras despedirnos de mi primo, iniciamos camino para ya a pocos kilómetros cruzar la frontera con Portugal y dirigirnos a Evora con intención de llegar por la tarde a Sintra, destino final del día.
Ver Indicaciones de ruta en coche para Sintra, Portugal en un mapa más grande
Nada más entrar en Portugal tras dejar las ricas vegas del Guadiana, y después de abandonar la autopista para por carreteras secundarias con nada de tráfico y magnífico asfalto en la mayor parte del trayecto dirigirnos a Elvas, nos encontramos con el colorido del campo portugués, espectacular en estas fechas.
Como hay mucha ruta por hacer, tras dejar Elvas, nos dirigimos hacia Evora, cuyo nombre proviene del romano Ebora Liberalitas Julia en honor al Emperador Julio Cesar, y que cuenta con una rica y abundante historia que se remonta a más de 2000 años, y donde se pueden encontrar desde vestigios megalíticos, hasta imponentes acueductos del siglo XVI, pasando por dominaciones romanas y visigodas.
Su centro histórico está catalogado Patrimonio de la Humanidad desde 1986. En la ciudad podemos encontrar diferentes monumentos dignos representantes de la historia de la ciudad como el Templo de Diana o el acueducto de Agua de Plata declarado monumento nacional.

Probablemente la visita al casco antiguo hubiera merecido la pena, pero queríamos llegar a comer a Setúbal e intentar antes hacer un recorrido en barco por la Reserva Natural del Estuario de Sado, que era una de las recomendaciones que me había dado mi amigo Paulo.
Encontrar el puerto en Setúbal fue fácil y tras detenernos para la foto de rigor con el estuario de fondo.....
nos dispusimos a buscar el barco en la zona del puerto, pero nuestro gozo en un pozo, estábamos fuera de temporada y no funcionaba.
Tras un breve paseo por la zona -donde la verdad, no hay mucho que ver-, buscamos dónde comer un buen pescadito y eso sí lo encontramos, y tras elegir lo que queríamos tomar en el expositor y esperar con un delicioso vinho verde a que nos los prepararan, disfrutamos de las vistas del estuario lleno de pequeños veleros.
Tras la comida nos esperaba una bonita ruta atravesando el parque natural de Arrábida camino a Cabo Espichel . Siguiendo los consejos recibidos fuimos por la carretera de la costa, atravesamos el parque en dirección a Sesimbra y disfrutamos de paisajes que en cierto modo me recordaban a la costa azul francesa....
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En Setúbal con la estribaciones del Parque Natural da Arrábida al fondo |
Un breve paseo por el cabo, unas fotos y a continuar ruta ya sin parar hasta Lisboa y Sintra a donde teníamos que llegar para entrar en el hotel antes de las seis de la tarde.
El acceso a Lisboa lo hicimos desde el famosísimo puente del 25 de Abril que con sus 2.277 metros de longitud dicen que es el puente colgante más largo de Europa.
No nos detuvimos en Lisboa, que quedaba para el día siguiente, y fuimos directamente a Sintra y al hotel, al que llegamos perfectamente gracias a las buenas indicaciones de los dueños del hotel y la capacidad de papel de copiloto de María..
El hotel Chalet Relogio ( www.chaletrelogio.com) que a primera vista nos pareció muy viejo y un poco descuidado, se encuentra en la zona más bonita del Sintra antiguo, y nos recibiócon unas vistas maravillosas desde nuestra habitación de uno de los principales monumentos de Sintra, el Castillo de los Moros del siglo IX.
La habitación, muy espaciosa y digna y más teniendo en cuenta el precio -50€ la noche con desayuno incluido- , y la ubicación en la carretera de subida al Palacio da Pena y rodeado de Quintas dentro del frondoso bosque que rodea el Palacio hacen de este hotel una buena elección para quien viaje de turismo por esta zona.
Aún nos quedaban muchas cosas por hacer ese día y alguna que otra aventura "desagradable" para recordar.
Tras ducharnos y cambiarnos de ropa por una más cómoda, nos dirigimos al Palacio da Pena, exuberante creación de Don Fernando de Saxe-Coburgo Gotha, rey consorte de Doña María II y que constituye la máxima expresión de la arquitectura romántica en Portugal y muy notable por el eclecticismo de los diferentes estilos decorativos.
Al Palacio no pudimos acceder por la hora a la que llegamos pero al menos disfrutamos de las vistas y de un agradable paseo por los jardines, donde pudimos comprobar los enormes destrozos causados por un huracán ocurrido días atrás en los magníficos ejemplares de árboles del jardín.
Como guinda final del día nos quedaba intentar llegar a ver ponerse el sol en el punto más occidental de Europa, el Cabo da Roca.
En este punto quiero hacer constar que alguna de las rutas de este viaje se las debo a mi hermano, que junto a mi cuñada disfrutaron del último atardecer del verano en este lugar y nos recomendaron entre otras cosas el hotel.
Hasta aquí un día perfecto, y sólo faltaba una buena cena en un sitio bonito junto al mar. Pero fiel a mi mala suerte últimamente en los viajes, en un descuido sacando y guardando cosas en las maletas y el baúl de la moto, se nos quedaron las llaves en el baúl y cerrado. Todo esto a las 9 y media de lo noche y sin nadie por allí.
Al final, llamada al seguro (menos mal que el móvil no se había quedado dentro del baúl también) y sobre las 11,15 de la noche apareció la grúa y por suerte el conductor con maña y paciencia (la que yo ya no tenía) consiguió abrir el baúl sin romperlo y pudimos regresar al hotel y "salvar" el día.
Tercer día, visita a Lisboa
El tercer día era para dedicarlo casi en exclusiva a visitar Lisboa, principal motivo del viaje.Eso sí, para ir allí decidimos hacerlo por la carretera de la costa y fue un acierto, salvo por el pequeño detalle de que en las playas de Guincho tuvimos que dar media vuelta y bajar por el interior hasta Cascais, debido a que había una carrera popular y estaba cortada la carretera.
Ver Tercer día Lisboa en un mapa más grande
Al poco de salir de Sintra y tomar la carretera hacia la costa pasamos por el mítico circuito de Estoril, que al menos durante un tiempo no dará cobijo a ninguna prueba del Mundial de motociclismo y todos los premios a disputar en la península ibérica se correrán en España.
Como no se veía actividad y el objetivo claro del día era la visita a Lisboa, una foto y a continuar el viaje.
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Circuito de Estoril |
Dicho esto las vistas y la carretera merecen la pena para dar un paseo por allí....
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Vistas de las playas de Guincho |
Como decía, ambiente festivo de todo tipo, incluido carrera popular que nos hizo detenernos junto a otros moteros de un club de Hondas Paneuropean que miraron mucho nuestra moto (la "rarita") pero no fueron capaces de decir una palabra hasta que cansados de esperar el final de la carrera, decidimos dar media vuelta y buscar otra ruta para llegar a Cascais, aunque eso significara perdernos la "Boca del Infierno" .
A poco de donde dimos la vuelta enlazamos con una carretera que nos llevó directos al corazón de Cascais y luego a la carretera de la costa, que no abandonaríamos ya hasta Lisboa y que nos encantó, tanto como para parar y mojar los pies en el Atlántico.....
La llegada a Lisboa perfecta por la Avenida que desemboca en Los Jerónimos y la Torre de Belém.
Luego y como guía improvisado, seguimos una vez dentro del casco histórico la ruta del tranvía 28 que nos permitió dar un primer vistazo de todo lo visitable y jugarnos un poco el tipo con el lamentable estado de las calles y los raíles del tranvía, antes de aparcar la moto en la plaza de D. Pedro IV en el barrio de Restauradores y aquí comenzar la visita a pie.
Destacamos en fotos algunas de los rincones que más nos gustaron y algunos de los monumentos, edificios o plazas a ver y no perderse en Lisboa....aunque cualquier plano turístico las indicará en muchos casos.
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Uno de los muchos miradores de Lisboa, denominada la ciudad de las siete colinas. |
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Como San Francisco |
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Rincón curioso de paso de carruajes |
Lisboa tiene muchas calles interiores con edificios singulares que mantienen el sabor de la época en la que la ciudad debió disfrutar de sus momentos de esplendor.
También he de decir que la sensación de ir por zonas no muy "seguras y recomendables" nos hizo dar la vuelta en alguna ocasión.
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Los Jerónimos |
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Torre de Belém del siglo XIV, utilizada originariamente como centro de recaudación de impuestos para acceder a la ciudad. |
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Tranvía 28 a su paso por la Plaza Luis Camoens, el gran poeta portugués autor de la famosísima Os Luisiadas |
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Tranvia 28 a su paso por la Puerta del Sol |
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Mirador en la Puerta del Sol |
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Apunto de salir a cenar en la zona del puerto antes de volver a Sintra. |
Cuarto día. Viaje de regreso a Madrid.
Los regresos siempre son un poco tristes aunque por otro lado apetezca volver a casa, pero cuando te lo has pasado bien, has disfrutado de las cosas que has visto y hecho, el regreso significa que hasta el próximo viaje te despides y las despedidas también tienen un sabor agridulce.Sintra amaneció con un día gris y de niebla y lluvia para completar el momento, y aunque la idea era dar un paseo por el centro que casi no habíamos visto, el tener un larguísimo viaje de regreso y que no queríamos llegar muy tarde, motivó que la visita fuera rápida y saliéramos cuanto antes escapando de la niebla y el mal tiempo, que según el dueño del hotel es bastante frecuente allí por la ubicación de la ciudad.
El viaje, perfectamente guiado como siempre por la copiloto, no tuvo más que reseñar que las muchas veces que fuimos viendo el Tajo a lo largo del camino y los bonitos y variados paisajes por los que pasamos, y por ello llegados a este punto el mapa de la ruta y unas fotos completan la descripción del viaje.
Ver mapa más grande
El viaje de vuelta lo hicimos por una ruta distinta a la estándar Lisboa-Madrid para así variar respecto a la ida y no hacer tanto trayecto por autopista.
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Saliendo del hotel |
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Rincón curioso en Sintra |
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Salto de agua en el Tajo |
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El Tajo buscando llegar a su destino... |
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Infinidad de postes con nidos de cigüeñas en Malpartida de Cáceres, declarado Pueblo Europea de la Cigüeña en 1997 |
Venga continúa, quiero más.....
ResponderEliminarBonito viaje y bonitas fotos. Portugal lo tenemos al lado y es un país con muchos bellos rincones para descubrirlos en moto. Viajar en moto ¡qué mejor manera de descubrir paisajes y sus gentes! A ver cuando planificamos una conjunta.
ResponderEliminarSaludos.